Después de unos años en los que estos libros han tenido su recorrido, de nuevo vuelven con mucha más fuerza para seguir con las historias, que todos hemos vivido cuando éramos niños. A pesar de que en la actualidad, el mundo está muy tecnificado, la esencia de lo que somos brilla, es inevitable que los niños de una u otra forma muestren todo su potencial creativo e imaginativo. Ese potencial nos hace crecer, experimentar y sentir, construyendo nuestro mundo, ideas y sensaciones. Y no podemos olvidarnos, que en definitiva somos lo que somos gracias a la sensibilidad que tenemos, a los sentimientos que nos afloran y a la necesidad imperiosa de seguir construyendo mundos. Porque nuestro niño, el que fuimos, siempre estará con nosotros. Solo es cuestión de que escuches su voz.
Viaja con El imaginario a nuevas aventuras y refréscate.