jueves, 14 de febrero de 2013
Parque temático
Un día de verano, a las tantas, venía de tomar unas copas, un poco despistado por cierto, cuando llegué al portal creí haberme equivocado. Una bandera pirata ondeaba en la puerta de la vecina de los bajos. ¡Otra vez con sus excentricidades¡, solté. Ella abrió la puerta tan cauta como siempre y me recriminó que era un mal vecino. Que llevaba la comunidad a la deriva, y que debíamos de cambiar de presidente. Cuando subas ándate con ojo. Señora, acate las consecuencias, ahora soy yo quien lleva el timón. Ya tendremos tiempo de hablar, y me aventuré en subir los peldaños para desahogarme a la vez que pensaba, ¡estás loco!, quedan aproximadamente unos setecientos escalones delante de ti. Cogí al toro por los cuernos y comencé la marcha.
Al llegar al primer piso sentí a los corsarios salir de sus respectivas casas, empuñando grandes dagas. Se limitaron a mirarme de reojo. ¿No es tiempo de carnaval?, les dije, y continué. En el segundo una espesa selva tropical comenzó a abrirse entre los escalones. En el piso cuarto, ruidos de animales exóticos me sorprendieron, pasos de aborígenes aparecieron impresos en el suelo, lianas, incluso estalló una tormenta. Subí tan rápido como pude, hasta el duodécimo piso. En el último peldaño me esperaba pata de palo (el del segundo).
-¡Ostras! ¿y esto?,- le pregunté.- Estuvo observándome durante más de dos minutos, hasta que pronunció mi nombre: Joel.
-¿Qué quieres?, ¿Qué es todo esto?.
-Que el parque temático se haga en nuestra ciudad, - contestó -. En estos tiempos de crisis…
Desde entonces soy Simbad el marino (porque llevo el timón de la idea), hacemos cosas temáticas. Hemos pasado a ser el centro de atención del barrio. Nuestra vida ha cambiado, el ayuntamiento ha aprobado la reforma de la fachada que tanto nos costó conseguir, hemos hecho un calendario semidesnudos, tenemos parada en el mercado, y vendemos lo que producimos, gorros, gafas etc… todo temático. Estamos pensando exportar la idea, con derechos. Ahora todo el mundo nos apoya, dicen que somos la nueva generación de empresarios. Y vamos a por todas.
Esta vez con menos tiempo del esperado, pero he hecho el intento. Debía aparecer Simbad por ahí. No se, al menos he disfrutado escribiéndolo.
En la biblioteca encantada van a tener a Marcos Calveiro para hablarnos de un libro repleto de nostalgias, sueños y aventuras, escrito con un cuidado y un cariño exquisitos, lleva por título "Sari, soñador de los mares" y recupera a un personaje que parece haber sido ligeramente olvidado por los niños, pero que siempre ha poblado las aventuras imaginarias de buena parte de la población mundial, Simbad el Marino.
martes, 12 de febrero de 2013
Nueva entrada a Triple C (y última)
El arte de transformar la realidad
Junto a las aguas mansas del puerto caí en la cuenta de nuestra vida. No dudé en hacerlo, me puse manos a la obra y esbocé en lienzo una sonrisa perfecta, la que te faltaba, (la hice con empeño). Al colocarla en la habitación cambió tu rostro. Entonces comencé a dibujar tu retrato, que acabé pintando en colores vivos, el atardecer me ayudó a matizarlos. Quedaste prendado de las formas, la geometría, las líneas paralelas, de los trazos, la densidad, el brillo y las pinceladas. Te sorprendiste de mi capacidad. Hasta recortaste nuestra foto preferida colocándola en medio del dibujo. Desde entonces han surgido flores en el jardín, los ramos de rosas no se secan, el sabor de tus labios me endulza, has cambiado el solsticio de otoño a primavera, pintando tus días grises en verde, las dudas en respuestas, los olvidos en recuerdos, en arcoíris la semana. Estoy perfeccionando la técnica y acabaré convirtiéndome en tu ilustradora, ampliando a una amalgama de colores inigualable, simplificando la perfección de tu verdadero retrato.
Cada vez que voy al puerto me llevo una maleta vacía que traigo llena de color, más vivo que nunca.
Ayer en el lienzo que cuelga de la pared dibujé varios corazones superpuestos, al verlos tus pómulos han vuelto a ser sonrojados y tus ojos cálidos atardeceres. A partir de hoy quiero que veas el gran proyecto que tengo entre manos, (que no es poco te advierto) en una nueva explosión de color; pintar nuestra felicidad.
Esta es la última entrada que hago a Triple C. La verdad es que me he sentido motivado por el dibujo de Laura Garrido. Después de pensarlo varias veces, al final he decidido añadirlo. Todo un lujo de concurso mensual a partir de una imagen.
Microrrelato publicado en la Vanguardia
Mi cielo preferido
Mi madre estuvo en el cielo. Siempre le pregunté que había allá arriba, y ella se enzarzaba en explicaciones que acababan embotándome la cabeza. Al final prefería pisar con los pies en la tierra y dejarme de querubines, preferencias y bonanzas.
Su discurso se agrietaba cuando decía: “hijo si supieras, desde que conocí a tu padre me he ganado el cielo con creces.” Ella tenía una pequeña porción exclusiva para sus necesidades. Cuando discutía con mi padre, se asomaba a la ventana, y miraba a las nubes buscando su porción. Al acabar volvía contándonos historias sobre todo lo que había experimentado en su corto curso hacía el final del túnel, ¡toda una experiencia!.
Siempre la rechazaban, “no es su hora señora, venga más tarde.” Hasta que en una de las visitas a la ventana se asomó con el infortunio del desplome de la maceta de treinta kilos, un geranio al que le dedicó parte de su vida. Murió en el acto. Nuestra vida cambió. Mi padre al no tener a nadie con quien discutir se marchó de casa, decía que la vida había perdido el color añil, ese cosquilleo del tira y afloja. Solo en casa comencé a tener las visitas de mi madre. El primer día que la vi estaba planchando.
Decía que era su ojito derecho, y ahora como estaba en el cielo tenía todo el tiempo del mundo para ayudarme. Y la verdad que sus comidas son más exquisitas y la repostería es excelente. Dice que se respira otro aire en casa sin mi padre, que si lo llega a saber se hubiera muerto antes, porque nunca aceptó que su marido le dijera que se dejara de tonterías, que las únicas nubes las tenía en la cabeza. Todo porque, hijo, tú eras mi cielo.
Texto publicado en el blog de la Vanguardia durante el mes de Enero del 2013
sábado, 9 de febrero de 2013
Triple C (Enero)
Imagen de Laura Garrido blog demispalabrasylasvuestras.blogspot.com para visitarlo pinchar AQUI . Toda una experiencia a partir de la imagen. He de felicitarla por este regalo que nos ha hecho a todos, inspirándonos.
El deseo
Anudaste tu mano a mi pecho, e hiciste de este acto una interpretación. Se te dio muy bien dibujar, acunar con tus palabras las zapatillas que tenía bajo la cama, sentarte en el respaldo de la silla, ponerte como sombrero los pantalones, y desnudar con tu mirada cada página del diario. Después desabrido metiste las manos en la acequia queriendo lavártelas. Un beso de Judas me llenó de azahar el ambiente, hasta que volví a oler la fragancia, entonces supe que el deseo nubla, que el deseo envuelve, que el deseo ciega. No era tiempo de carnaval, ni de fiestas, ni guateques. Era tiempo herido que marchó en busca de una respuesta. Caminé en tu busca por entre las calles, en el muelle, junto a las olas, junto al barco amarrado, y no te encontré. Hasta que a lo lejos sentí los pasos de tacones. Eran mis zapatos, puestos en tus pies, y yo sin darme cuenta de la bravura que se forjó alrededor de tu figura. Para mí eres de barro y paja. Tu sal es otro sabor. Te quité del mueble, y ahora sin ti, mi deseo es otro. Espero que se cumpla.
Números infinitos
Conté los pasos hasta el dique. Eran unos trescientos veintidós. Aunque creo que me dejé uno, por el tropezón que tuve con un piedra en mitad del camino, descuadrándome el conteo, ¿o fueron dos?. – Duda. - Desde aquí el mundo es diferente. El aire corre rápido, y las nubes escasas no dejan estela, la tierra se curva, el cielo es negro como el tizón, y el agua ocupa tres cuartas partes de la esfera terrestre. ¡Si las malditas piedras no hubiesen estado en el camino! ¿Quién las puso? ¿Qué hacían ahí en ese preciso momento? – gime a regañadientes. – Desde aquí el mundo parece más pequeño. Tanto que los hombres se asemejan a hormiguitas. Si llego a saber que el cielo era así no me hubiese tirado al agua por el desengaño. Cuando vuelva a nacer me lo replantearé.
Microrrelatos Repentinos
CASTILLOS EN EL AIRE
FANTASIA OSCURA
El poder de los sueños
-¿Y los sueños? – pronuncia Daimon mirando hacia la ventana.- ¿Dónde está el poder que me falta?
-No hemos podido conseguirlo, señor – contesta Giso postrándose a sus pies.
Daimon se desata en furia, dirigiéndose hacia la mesa donde yace la bola de cristal. Al llegar da un golpe tan fuerte que mueve los objetos que hay encima.
-Señor, si lo ve necesario yo mismo iré a por lo que necesita – va contrayendo las palabras hasta apagar la voz.
-No dudes que vas a acabar lo que no has comenzado. Tienes una opción, ¡solo una!. De nuevo duerme Kari, ¡ves a por él! – Daimon levanta las manos y las apoya encima de la esfera pronunciando palabras inentendibles que Giso identifica como hechizo. En un instante su encorvado cuerpo lo transforma en una niebla densa, negruzca que se cuela espesa en el interior de la bola, en la búsqueda de los sueños de Kari.
Al llegar al lugar Giso levanta un viento violento que sacude la ventana abriéndola de golpe, las alas vapulean desprendiéndose los vidrios, provocando un gran estruendo. Una espesa niebla negruzca serpenteante comienza a invadir la habitación. Kari se agita, en un profundo grito interior que expande su voz como un quejido por la habitación. Giso se detiene a los pies de la cama condensándose hasta dibujarse como una figura humana vestida de traje oscuro, con gorro y capa.
Kari lo observa llegar, desenfunda la espada a la espera.
-¿Esta es nuestra pieza? ¿A parte de la perla de su corazón, cojo algo más señor? – susurra al cuervo que tiene en el hombro de la derecha. Los pérfidos ojos de Giso brillan frios. Sin demora levanta las manos por encima de los hombros cogiendo dos perlas plateadas que flotan por encima de su cabeza. Las lanza y Kari entra en acción en su sueño profundo, abate las esferas que caen partidas en dos encima de la cama. Giso se contrae al observarlo. Daimon impone de nuevo las manos retirando a Giso. El profundo sueño de Kari es dueño de la realidad, y el único que podrá vencerlos mientras duerma.
Esta vez los microrrelatos repentinos debían tratar sobre el tema Fantasía Oscura. Esta es mi aportación que escribí una hora antes de que acabase el plazo. En este blog literario hablan de libros muy interesantes de gente poco conocida. Es todo un disfrute.
miércoles, 6 de febrero de 2013
La cola del paro en Castillos en el Aire
Secreto compartido
El padre permanece estático en la cola de la oficina de empleo para tramitar el paro. De la cazadora saca los papeles arrugados que ha de entregar. Cabizbajo, se deja llevar por todas las preocupaciones que le atosigan desde que dejó a su amante. Entonces comienza a recordar la falta de sinceridad que tuvo con su mujer cuando le preguntó si le había engañado, y el porqué le habían echado del trabajo si eran cuatro y la empresa funcionaba. Su hijo no deja de mirarle, sin perder la sonrisa de su cara, le estira del pantalón queriendo jugar. Le enseña el coche con el que juega a partir del día que pilló a su padre besándose con otra. Aquellos días sin medir la gravedad el padre apurado le dijo: “le he dado un beso a Maite, mi jefa, porque me ha ayudado a cargar el coche”, e intentó comprar su silencio con el juguete. La cola avanza un paso, mientras le suena el móvil pone el altavoz. Es su mujer dándole una mala noticia, “Juan, me acaban de despedir”. El hijo la escucha, sin perder la sonrisa dice en voz alta, “Maite puede ayudarnos”. El padre se queda sin respiración.
viernes, 1 de febrero de 2013
Microrrelato Ilustrado por Sara Lew
Un cachito de cielo
Eran las cinco de la tarde, y las tijeras estaban esparcidas encima de la mesa, junto a la cola, los pinceles y el papel. El collage lo había recién acabado. Un trabajo perfecto, le dije alegre al ver su creatividad. Colores llamativos adornaban el centro, azul celeste, blanco, verde y amarillo… un aire melancólico me transportó a mi niñez. Él al verme pensativo me llamó la atención llamándome, mamá. Entonces reaccioné. Le miré confundido, descolocado, a punto de llorar. Contuve las lágrimas todo lo que pude, hasta que desbordé el río, mojándome los cráteres de la barbilla. Desde lo más elevado de las cimas caí en picado, sobrevolando la cumbre de las nubes. Él no apartó ni un instante su mirada, se limitó a sonreír, acercándose me beso en la mejilla. No llores papá, yo también vivo esa ausencia. Pero ella me dijo que cuando faltara, solo tenía que mirar al cielo y que estaría siempre por mí. Entonces entendí, el porqué encontré un cachito de cielo entre los papeles llenos de cola. Miré a mi hijo con la duda y me asomé a la ventana. Un pedacito de vacío como la noche se abría alrededor del cielo azul, perfectamente recortado, junto a una nube blanca. Ahora ya estamos todos, formuló desde su inocencia. Abrazados pasaron los minutos.
Desde entonces con la nueva idea, hemos hecho un cuadro de flores como a ella le gustaban.
Este dibujo ha sido creado por Sara Lew,
para este microrrelato que escribí hace unas semanas. Especialmente me emociona por dos cosas, una por la creatividad ilustradora y esa capacidad de transmitir a través del dibujo imágenes que traspasan las fronteras de las letras. La otra es que realza el texto fusionándolo hasta formar una sola creación.
Tengo que quitarme el sombrero no solo por la gratitud de este pequeño encuentro entre mis palabras y su creación, sino también porque en esta colaboración (especialmente de Sara Lew), recojo inspiración. Lo escribí pensando en la inocencia que tiene un niño y como ve el mundo.
No tengo otra que decir que me encanta, felicitando a Sara Lew y animándoos a que os paséis por su blog, lleno de magia, encanto, ilustraciones y muy buenos microrrelatos.
sábado, 26 de enero de 2013
Revista Literaria Talaiot Nº 39 Invierno 2012
El libro
Busqué en varias librerías uno de esos libros que siempre me habían aconsejado leer, con un título atrayente, que te empuja a querer devorarlo antes de tenerlo en tus manos, sin saber a ciencia cierta el contenido. Lo cierto es que, sin tantos preámbulos y con las ganas puestas en órbita me dejé llevar por la balanza de unas palabras amigas, Martina tuvo la culpa, de abducirme al centro del Universo metódico resuelto en unas páginas que dijo me iban a ayudar. Hasta mi sombra esperó ansiosa el poder tener en sus manos el papel impreso y encuadernado con tapa blanda, del delgado volumen que según ella encontraría en la librería técnica del centro. Su desparpajo me atrajo, siempre era igual, lanzada, sincera y llena de pequeñas chispas, que aun no dándole plena lucidez la hacían tener carisma, y una extraordinaria atracción desde la cual cualquier respuesta por arbitraria que fuera, era la que era, no había vuelta de hoja.
La índole del encuentro con ese libro que pasó a ser maldito, formó un halo de esperanza en mis cortas miras, creyendo que Martina me había regalado lo mejor de su honestidad. Cuando cayó en mis manos el corazón me palpitó tan rápido que creí desvanecerme, con el ansia de devorar lo antes posible su contenido. Aquel día salí corriendo que me las pelaba hacía casa con las llaves en la mano, apretándolo fuerte contra el pecho para no perderlo, contando los céntimos que me habían devuelto a la vez que me desataba la corbata por el fervor y el impulso creciente de leer la historia que me había vendido.
Al abrir la puerta tiré la cazadora encima de la silla del comedor, me desaté los cordones, lanzando los zapatos por el aire, cogí un cojín y me estiré a todo lo largo del sofá. Casi como un rito cogí el libro delicadamente, mientras resople un par de veces, hasta que inspiré soltando el aire de forma progresiva. Quería engullir, una necesidad imperiosa me estrujaba, así que abrí la primera página que leí de carrerilla… Un sentimiento de, ¿dónde me estoy metiendo?, me hizo ralentizar en la segunda hoja. Al llegar a la tercera di por acabada la lectura… doblándola por el extremo superior derecho. Métodos, consejos, prácticas y las palabras de siempre, “¡maldita Martina!”, pensé, hasta que un salpullido comenzó a aparecerme por la tensión en el rostro.
El thriller psicológico en el que me vi envuelto no dejó de ser más que una aventura inesperada, las visitas a mi doctora, mi vida plasmada en cada renglón, el énfasis con el cual hacía las cosas, y mi buena voluntad que según Martina había perdido. ¡Yo no soy así!, hasta el personaje tenía mi nombre. Las palabras en las que me vi envuelto me llevaron a seguir con las mismas conjeturas, perseguido por la sombra maldita de un maleficio del cual llevo tiempo sin poder desprenderme.
Lo único que quiere es que cambie, que deje de ser el que soy, que me transforme y transmute, que sea libre como los pájaros… cuando ella sabe que la única atadura que tengo es mi sombra, que me persigue allá donde vaya, y de la cual nunca me he podido desprender. Así que cogí el libro con las dos manos y lo hice añicos, ínfimos, minúsculos junto a las macetas de la ventana del comedor… fue un alivio cometer la atroz hazaña, y una gran recompensa al ver con el pasos de los días más verdes las plantas mustias.
Después de dos meses volví a verla, quería agradecerle todo lo que había hecho... Le regalé un hermoso ramo de flores, “son preciosas” me dijo. “Si que lo son”, le contesté. “Las he hecho crecer con tu libro… fue un abono perfecto”, y dejé por zanjada la historia del maldito libro rompiendo el maleficio.
Texto publicado en la revista Literaria Talaiot nº 39 Invierno 2012
martes, 22 de enero de 2013
Ilustración de Juanlu (dididibujos.blogspot.com)
Realidad alterada
Se mira frente al espejo de forma meticulosa. Tanto que sus ojos se posan delicadamente en el hombro de la imagen reflejada. Allí los deja descansar durante unos minutos, para de seguida continuar llevándolos por todo el espejo. Se mira una y otra vez, sin reconocerse. Su marido está a escasos metros, mirándola como se desenvuelve. Ella gira la cabeza y llamándole le pregunta, ¿quién es esa que hay ahí?. El marido desencajado se acerca con los ojos encharcados en lágrimas. Mujer, eres tú. ¡No!, le contesta tajante. Esa que hay ahí murió hace muchos años. Es mi hermana Sebastián,¡mírala!, ¿no lo ves?. Vencido, se sienta de nuevo en la silla, mientras ella sigue con el convencimiento de una realidad alterada, de la que nunca más va a salir. Sonríe a la imagen, proyectando su parte más tierna y le dice al hombre que hay a su lado. ¿Sabe dónde está mi marido?.
Todo un regalo de Juanlu, que ha ilustrado este micro. Mi más sincera enhorabuena por su trabajo, inspiración y entrega por darle vida a las palabras que escribimos todos los que nos acercamos a su creatividad ilustradora.
En su página dididibujos.blogspot.com (blog) se puede disfrutar aun más de todas sus creaciones.
Un abrazo.
Un abrazo.
Si pincháis en la imagen de la columna de la izquierda os llevará a la página de Juanlu.
domingo, 20 de enero de 2013
Esta noche te cuento "Cuando despertó..."
Mi Ángel
Cuando mi madre despertó, yo ya era otro. Me miró y no supo reconocerme. Ni siquiera mis ojos le eran habituales. Tampoco el roce de mis manos, ni mis palabras, ni nada de lo que yo había sido. Un amargo trance bajó en picado hacía mi garganta, sin poder tragar la saliva hice por sonreír. Ella me miraba cual extraño dentro de su paisaje de recuerdos, sin verme, sin oírme, sin olerme. Caminé alrededor de la cama, y cogí el muñeco que aun guardaba en la estantería. Ese pequeño recuerdo le llevó a adentrarse en su mundo, borroso, difuso. ¿Quiere algo?, le pregunté. Nada, me dijo. Entonces le sonreí diciéndole, soy yo madre. Miró a su alrededor y un sabor agridulce recorrió la habitación, deshojando la maleta que había encima de la silla, y que tantas sorpresas llevaba guardadas de tantos años de recorrido. Más muerta que viva miró hacía la ventana. Mi Ángel, me dijo. Soy Pedro, contesté. Me senté a su lado y le cogí de la mano. Ella volvió a sonreír, diciéndome que estaba preparada, que ya no tenía más fuerzas para luchar. La cogí entre mis brazos y expiró su último aliento. Lloré amargamente su despertar.
Con este micro participo el mes de enero 13 en este estupendo concurso mensual. Todo un lujo por la calidad de los participantes. Una muy buena dosis de excelentes micros a partir de un tema mensual.
sábado, 19 de enero de 2013
Revista Digital miNatura Nº 124
La presencia
No debería ser yo quien desvelara las atrocidades que se cometen a diario entre los hombres, y destapar sus más recónditos secretos ocultos bajo miradas inocentes, de buen hacer, aparentando ser verdades absolutas, bajo palabras adornadas y mentiras a flor de piel. No debería ni siquiera menospreciar a quien dice no haber intentado camuflarse bajo la expectativa señalada ahuecando el ala. Yo soy el mandatario de esas verdades nacidas en los más profundo de sus mentes, no hay nadie más que someta al hombre a llevar una vida de poder, a saberse único, relevante, magnífico, único. Me satisface pensar que los humanos no son inútiles, rastreros a merced de buenas acciones. Que tienen alas para volar alto, que saben seducir, mimar, engañar, adular, saciar esa ansia innata sosteniéndoles en la cumbre. Me satisface angelicalmente, bajo las alas que me cubren el cuerpo ensangrentado, rojizo, con ojos encendidos. Soplidos de un mundo carnal, vivaz, chispeante, ahumado, cubierto de pólvora a punto de explotar. Soy yo el causante de los caminos divergentes, de las dudas, de las ruedas tentativas, de transformar la vida en algo bello, digno de ser palpado, absorbido, mimetizado en gestos de cordialidad. Son esas ofrendas las que expongo, otorgo y doy sin remisión, no debería hacerlo, pero la tentación me puede, me llena, hacía un estado sublime, arriesgado, porque el riesgo me gusta. No me tientes, porque serás el próximo en caer, y quizás cuando lo pruebes decidas nunca más dejarme. Tu voz persuasiva te llama. Siempre estoy dispuesta para postrarme a tus pies. Y los hombres me llaman el mal, ¡Inocentes!.
Acabo de descargarme la revista MINATURA de la que formo parte del nº 124 (enero- febrero, 2013 # 124 Revista Digital miNatura pag. 70) incluido en la página de referencia.
Me encanta después de haber medio ojeado la revista que hay personas a las que admiro. Paloma Hidalgo, Sara lew, Patricia Nasello, Ana María shua, Sandra Montelpare (traducción)…. Le he dado una ojeada rápida y no he visto más, seguro que alguno se me escapa. Ya los iré añadiendo. Todo un regalo.
miércoles, 16 de enero de 2013
I Carrera verde (final de los Brócolis)
I Carrera Verde
Relevo de "Los jardines de Puck"
Con esta entrada se da por finalizada la I Carrera Verde para los Brócolis. Quizás sea un poco larga pero he intentado sintetizar el mensaje de mis compañeros en sus escritos e incluirlos todos (aunque puede que me haya dejado algo) en este final. Gracias a todos mis compañeros por el esfuerzo y los buenos relatos, (también por supuesto a los ilustradores, Sara Lew como punto de partida y a Fernando Martínez como integrante del grupo)
La frase en negrita es el relevo de "Los jardines de puck". A lo largo del texto he ido incluyendo todos los titulos con los cuales mis compañeros han encabezado sus textos. El de Paloma me ha resultado difícil, pero bueno... mejor lo leéis.
Saludos y buena lectura.
El último reducto
Juntos iniciaron el camino y, a su paso, en cada pisada, crecía la hierba en el último reducto. Fresca como antaño, cuando los mares eran azules, y el viento lleno de aromas escampaba la brisa por cada rincón de la tierra, como el agua fresca y cristalina que corría por los arroyos. Al igual que cuando la noche caía y las estrellas relampagueaban a miles en la oscura bóveda celeste, paseándose la luna en su ciclo de nacer en el crepúsculo y morir al alba. Ellos ahora habían heredado el don de preservar, de abrir camino, de hacer rebrotar cada palabra olvidada. Luisa, pintó el mundo de colores, azules, verdes, amarillos… y anotó en una pequeña libreta todo lo que había aprendido a lo largo de los años. Buscó que significaba flor, verde, planta… pintó flores azules y todos aquellos conceptos que su padre le explicó durante meses y días. A los ocho comenzó a indagar hasta quedar repleta de las palabras que sus antepasados habían perdido. Había sentido de oídas hablar de otras formas de vida, y como la tierra donde ahora vivían, antaño estaba plagada de miles de acacias como la que visitaban a menudo. Delante de ella el silencio nunca se rompió, solo bajo las palabras que su padre le contaba sobre la vieja historia de Satur. Luisa se la sabía de memoria. Llegó a pensar que aquella acacia era una gran superviviente irreductible, que Satur aún navegaba por entre su savia, y que los pedruscos blanquecinos por los cuales resurgía habían sido el inicio de una mala andadura para el hombre. En aquel terreno donde el hormigón duro había sido pasto de todo ser viviente, ¡Satur vivía!, por encima de todo. En su mente el dibujo lo fue perfilando, sustituyendo los grandes edificios grises, por palomas y árboles frondosos llenos de vida, una nueva vida, la misma que le bullía a ella dentro.
Luisa lo tenía muy claro después de ver la imagen casi tétrica del árbol lleno de mariposas revoloteando, comenzó a dejar crecer los dibujos, a la medida que se daba cuenta de todo lo que se estaba perdiendo, del inmenso paraíso que había rodeado a sus antecesores. Y de forma más asidua, con ahínco, mostró imágenes que no eran tan lejanas a lo que había sido la realidad de antaño. Las hojas cargadas de garabatos, signos de color, pétalos e insectos, olores que enfrascó en sus dibujos como si fueran esencias, parecidas a las que vendían en espray en la ciudad, le llenaron la vida. Era el último reducto y tenía que salvaguardarlo, le dijo a su padre con la firmeza de un roble. Con ese sentimiento tan profundo se le escapó una brizna de hierba entre sus lágrimas. A partir de ese día, justo antes de anochecer van de visita cada tarde a ver a Satur, a sentir el simple y llano aleteo de las mariposas que lo revolotean. A desearle buenas noches. A pedirle que siga vivo y crezca, que les enseñe todo lo que se están perdiendo, y sobre todo a seguir inspirándole para llenarle sus vacías tardes de color. Y este fue el germen, el olor a hierba que desprendía Luisa y su padre, al tener otra conciencia de su entorno, que acabaría siendo el legado del último reducto.
lunes, 14 de enero de 2013
II Concurso de Microrrelatos Acen, "Cachitos de amor II"
Cambio de Solsticio
Hace dos meses que dejó de llover. Ahora el sol brilla por entre las rendijas. Surge firme entre las flores, y hasta ha salido césped en el jardín. A mi mujer le brillan los ojos, y el Alma dolida se le ha aliviado. Nuestros lazos son perennes, no hay nada que nos desate, dice sonriente. Empujo la silla de ruedas para que contemple la vida. Respira aire fresco, un único deseo emana de nuestros ojos.
“Cachitos de amor II” se presentará el próximo jueves 14 de febrero (día de Sant Valentín) a las 19h en la librería Argot de Castellón.
Los beneficios de la venta de tal libro solidario irán destinados a realizar actividades socio-culturales para colectivos en riesgo de exclusión social. Tales actividades se gestionarán a través del Rincón Solidario de ACEN.
Enhorabuena a la ganadora a Inmaculada Baena Cubas por el micro "Trozo de papel", a los finalistas y al resto de seleccionados con los que voy a compartir páginas. Todo un lujo.sábado, 12 de enero de 2013
Micro Finalista La Microbiblioteca (Diciembre 12)
Vidas paralelas
Llevo días queriéndotelo decir, pero me retengo. Intento calmar mi instinto agresivo para no herirte y acabar sintiéndome como un despojo, inservible, maquiavélico, dominante. Tú lo sabes, tanto como yo, y no das pie para que esto acabe. ¡Lo sabes! y siempre me contestas igual, con las mismas palabras, gestos y tono de voz. Por eso, quieres dejar de imitarme en los movimientos, de seguir mis pasos, de mostrarme mis preocupaciones y analizarlas. Haz el favor de no sentirte desdichado como yo, de odiar a la vecina de arriba, de tener que compartir los tapones de los oídos para no escuchar al perro del sexto. De enfermar cuando enfermo, de gustarte mi color preferido, de escribir las mismas cartas de amor con idéntica letra, de ser tan impertinente y esquivo. No utilices más mi ropa, ¡es mía!, como esos zapatos caros que llevas, y esa camisa que tan bien te queda. Eres insulso, provocativo, descarado y manipulador.
Le mira furioso, arrogante, incómodo con desgarro. Espera una contestación convincente.
El otro le contesta. Me gustaría ser diferente, pero no puedo, ya sabes que por mucho que lo niegues soy tu clon.
Acabo de ver en la web de la Microbiblioteca que con este micro he quedado finalista en el mes de Diciembre del 2012 junto a: Ernesto Ortega Garrido con el micro "Hormigas", Miguel Ángel Flores con "La Salida" y Rubén Rojas Yedras con "Vudú" en la categoría castellano. Enhorabuena a Elisa Brioia Escudero por su micro "Mi Ángel de la guarda", y al resto de finalistas y ganadores de las otras categorías. Es un placer.
Entrada Repollo Relevo
Paso de relevo
Anita Dinamita (escritor) desde Relatos de andar por casa me pasó el relevo con, “El vigilante nocturno”.Y yo se lo paso a Ana Crespo (escritor), en A cuatro letras .
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