Estrategias
Cuando Eolo comprobó que los vientos alisios habían cambiado de rumbo para soplar las aspas de los molinos en la tierra se apresuró a bajar, hostigado por los continuos sabotajes, sin darse cuenta que eran las Arpías que lo esperaban lascivas y ávidas de nuevos aires, recostadas sensualmente sobre las aspas cantando angelicales a la espera que un soplo suyo les llevara al cielo.
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