Esta fotografía me resultó curiosa, tanto que pensé largo rato lo que escribir. Y esto es lo que acabé por dejar... suena raro, que eso, escribí este pequeño texto. A ver que os parece.
Renacer
Nunca quise mostrarme tal y como era. Hice lo indecible por esconderme tras infinidad de máscaras que no dieran ni una pista de mi imagen real. Así que me tumbé al sol, y cuando desperté mi torso se había evaporado. ¡Qué bien me sentía con este nuevo cuerpo!, solo tenía extremidades y cabeza. Una cabeza inmensa que había consumido mi torso. Con el paso de los días fui acomodándome a la nueva situación. Y ahora no echo en falta aquella máscara absurda en la que me abrigaba todos las tardes. He limpiado el armario, y he conseguido quitarme algún complejo. De esos que verdaderamente te incomodan.
Ahora me llevo la toalla, y la crema solar, y cada tarde tomo el sol un rato. Los transeúntes se me quedan mirando a ver qué hago, incluso la policía me vigila desde hace unos días. Dicen que soy extraño, peculiar y raro. Y he llegado a la conclusión; ¿no lo serán ellos?
Los causantes de esto ya lo sabéis. Luisa por un lado en su blog que podéis visitar aquí. Y José Luís Rafael por parte de la fotografía.
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