El último de una larga entrega, en el blog de Luisa Hurtado. Podéis verlo pinchando aquí.
La fotografía es de Jose Luís Rafael
Poros
Cuando un corazón se vuelve duro y no hay forma de ablandarlo la posibilidad que vuelva a bombear se reduce a miles de poros a través de los que se escapan las sensaciones auténticas.
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