Un concurso a toda prisa.
En 400 palabras debías escribir una historia relacionada con el running. Y de los 92 microrrelatos recibidos se seleccionaron diez finalistas, de los cuales saldría un ganador, segundo y tercer puesto. La cosa estuvo muy reñida. En la web http://www.400metros.es se pueden leer los textos finalistas. Pero si lo que quieres es ojear y leer el ebook que han confeccionado con todos los textos pincha aquí, o al enlace más abajo indicado. Y nada, a disfrutar corriendo...
(Para ir más a prisa podéis pinchar aquí, os lleva directos a la página de descarga en la cual os tenéis que registrar. La descarga es gratuita.)
Enhorabuena a los ganadores, me ha encantado correr de esta forma.
El texto presentado ha sido:
Caminos
Nuestros caminos volvieron a cruzarse después de tres años de ausencia. Y aquel día, en el que el dorsal nos cubrió el pecho, supimos de nuevo que estábamos hecho el uno para el otro. Esta segunda vez no había posibilidad de escapatoria, no podíamos volver a romper los lazos, a tropezar en la misma piedra, a sentirnos desheredados. Debíamos por encima de todo procurar que nuestra carrera fuese al unísono y vencer. Me enseñaste lo bien que te sentaban las zapatillas que hacía dos días habías comprado, y yo estiré el pecho, adquiriendo aire que oxigenara mis pulmones. Después de un plato vacío, y de menús rápidos, volvía a estar en tensión. Era una carrera importante, la más importante de todas. Minutos antes de apiñarnos en la salida no salíamos de nuestro asombro. El beso que me diste en la mejilla me supo a poco, aun estaba enamorado de ti. Sé que lo leíste en mis ojos, escudriñando en cada recoveco de mis pupilas, porque los miraste con detenimiento, y yo sentí una punzada en el corazón. No te diste cuenta, pero corrí cien metros antes que dieran la salida, algo sofocado. ¡Serás idiota!, pensé pellizcándome en el muslo. Y tú, con la misma sonrisa irónica de siempre mantuviste el silencio. Un silencio roto por el resto de participantes a la carrera. “¿Te habrás preparado?”, no supe más que decirte, y por Dios, que no me salía nada más. La música de megafonía la cambiaron, para dar la salida. Según tu chip merecías estar de las primeras. Yo tuve que conformarme unos pasos más atrás. Pero no fue impedimento, rápido te alcancé. Ni una cerveza fresca me hubiese repuesto, de aquel embrollo en el que me vi sumido, lleno de razones que me inhabilitaron. Las mismas que nos alejaron. Estabas tan centrada en la carrera que sentía el roce de tu piel, electrificándome el torso, y recordé las botellas vacías que había tirado bajo la cama. No quería volver al alcohol, ya lo tenía superado. Las carreras me habían ayudado a fortalecer mi mente, a retomar mi destino, a tratar de ser feliz. Fue un camino duro… y la meta al final, después de varias vueltas. No me quedó otra que ponerte el pie para que cayeras. Aun no había superado que me engañaras. En la próxima saldré de los primeros.
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